Airear y mullir: Dos tareas imprescindibles.
Para hacer esta labor hay que considerar que la tierra tiene que tener tempero. No debe estar seca, lo que hace muy difícil el labrado del terreno ya que hará polvo y dejará los consabidos terrones de tierra apelmazada. Por el contrario, si está demasiado húmeda se apelmazará y se pegará a la herramienta.